La tosca, un elemento de distinción en la arquitectura de la Costa Blanca

Dar un simple paseo por cualquier zona de Jávea principalmente pero también por Dénia o Moraira es suficiente para entender la importancia que ha tenido, tiene y tendrá la tosca en el paisaje. Son siglos y siglos en los que ha venido utilizándose este tipo de piedra para la construcción de todo tipo de viviendas y otras edificaciones: religiosas, administrativas, casas de aperos, fuentes, piscinas...

La piedra tosca que se utiliza en esta zona ha sido extraída en parte del litoral entre el Puerto de Jávea y la Cala Blanca. En los años 70 fue prohibida esta extracción para preservar las dunas sedimentadas que han abastecido de bloques desde hace cientos de años. De hecho, existían oficios dedicados sólo a esta tarea. Los tosqueros; así se les conocía, eran los encargados de tallar y modelar las piezas que después se colocaban en las construcciones. Un trabajo puramente artesanal.

En la actualidad, para utilizar tosca en una construcción existen tres opciones:

  1. Comprar piedra artificial que imita la tosca original. El acabado es muy similar y mantiene el encanto de la arquitectura tradicional.
  2. Traer esta piedra desde Menorca, donde se le conoce como marés. No es exactamente la misma pero sí la más parecida de todas las que se pueden encontrar.
  3. Reutilizar bloques que ya estaban colocados en otra construcción.

Aún así, la piedra tosca hoy en día es un elemento muy común en las villas de lujo que se construyen en esta zona de la Costa Blanca. Un elementos que otorga distinción y carácter a estas casas.

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